lunes, 2 de febrero de 2015

HISTORIA BARRIO EL RETIRO


Barrio el Retiro


Historia de uno de sus moradores:

“Siendo gobernador del Valle el doctor Luís Fernando Londoño Capurro y el Alcalde el Doctor Rodrigo Escobar Navia se buscó solucionar el problema de las demás invasiones que habían regadas en diferentes partes de la ciudad dándole un feo aspecto a esta, con la Universidad del Valle y el Instituto de Vivienda “INVICALI”, dirigido en ese entonces por el doctor Juán Manuel Pulido M. se logró conseguir unos terrenos al sur oriente, terrenos que eran cultivos de un japonés, muy por debajo de los niveles del río Cauca y bordando el mayor caño… Se llegó al Retiro con la ilusión más la organización y el vivir humanamente, pero no 
imaginamos en la trampa que había caído… al quedar solos no se veía a un metro de la maleza y el rastrojo… El terreno era seco, habían unas zanjas de unos tres metros de ancho por metro y medio de profundidad (más tarde sabríamos que estas zanjas se habían hecho para secar el terreno y podernos entregar)… muchas veces llovía y se mojaba todo, comenzó a correrse el velo del engaño… De noche no se podía dormir porque de una patada o empujón le tumbaban el rancho encima y llegaban a violar una familia completa.
Aunque en el barrio vivían varios agentes no se veía ni a uno, o tal vez porque por su seguridad caían también en la ley del silencio. Los Habitantes tenían un poco de valor civil comenzaron a organizar escuadrillas de vigilancia, pero también comenzaron a aparecer disque guachimanes a los cuales era obligatorio pagarles semanal, sino ellos mismos se les metían a las 3 ó 4 de la mañana y los atracaba. 

– Pasaron unos nueve meses de acuerdo al relato -. 

Era un miércoles santo, había llovido mucho, ya nos habíamos dado 
cuenta que al abrir un hueco para enterrar un palo a los 10 centímetros había agua, dificultándonos la labor de seguir construyendo nuestra vivienda, seguía lloviendo ya era casi imposible salir de los ranchos. El sábado santo se vino la primera grave inundación con unos pocos bombillos cuya luz se asemejaba la de una vela vimos en la noche el agua que estaba pareja en el barrio a unos 10 cm, muchos no le pusieron cuidado a esto, a la madrugada el agua ya subía a un metro y seguía lloviendo, entonces la mayoría de líderes de las invasiones que habían llegado comenzaron a una nueva lucha ya contra la naturaleza, 
el salir a las dos de la mañana con el agua a la cintura, oscuro, en 
partes habían hoyos que tocaba nadar hacía ranchitos tapados por la mitad, en donde muchas veces había una madre sola con sus 4 ó 5 hijos sobre las camas tapadas por el agua sobre ella una mesa y sobre la mesa todos… se oían gritos había gente que se había despertado con el agua en la nariz ahogándose, todos salíamos con los hijos en los hombros hacia el jarillón del caño el cual estaba que rebosaba por encima. 
El vergel estaba parejo, el caos a esas horas de la madrugada era 
total… En Diciembre de ese año tuvimos otra grave inundación. Ya nos estamos volviendo insensibles a esta situación. De esta inundación 52 tenemos el recuerdo que el día de las velitas las poníamos sobre tablas y tarugos y las echábamos a nadar, hasta la presente semanas santas, 
diciembre y años nuevos los habíamos pasado inundados”

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