domingo, 5 de abril de 2015

HISTORIA BARRIO LOS GUADUALES

HISTORIA BARRIO LOS GUADUALES

Había una vez un extenso campo de guaduales que cautivo el interés de varias personas y constructoras como un ecosistema potencial de urbanizar, es así como a mediados de 1984 éste nuevo barrio de Cali a comparación de los “ecosistemas urbanos” que lo antecedían, ya se encontraba habitado por distintas “especies” de que llegaban a conformar cerca de 30.000 familias. Dicho guadual urbano, ante las condiciones favorables que adquirió su entorno se constituyó como un nicho o comunidad de estrato socioeconómico tres, el cual sus habitantes comenzaron a sacar todo el provecho, dado a que ya se había consolidado como su medio de convivencia y subsistencia, y una de las acciones representativas fue la germinación de la JAC del barrio en 1985 a partir de la creación inicial de un comité cívico tiempo antes, ya que desde allí los “guadueros” desarrollan unas prácticas de manejo y aprovechamiento que le dieran sostenibilidad a su barrio, como adquirir el lote el lote para la construcción de la sede comunal, llevar a cabo la adecuación del parque con la construcción de un teatrino que ha servido para todas las actividades que se llevaban a cabo en el barrio, entre ellas las fiestas y las misas de la iglesia católica y de igual manera otras acciones como el revestimiento en concreto del canal de aguas lluvias que corre paralelo a la calle 72 del barrio y que por ese entonces había causado graves problemas por el desbordamiento de sus aguas, algo entendible ya que la urbanización había perjudicado de alguna manera la capacidad de regulación de caudales inherente a los guaduales.

Pero este nuevo ecosistema urbano también quiso en algún tiempo destacarse y hacerse visible ante la diversidad de otros dentro de la ciudad, por ello comenzó a mostrar su multiplicidad desde los canales comunitarios de televisión; tuvo programas con transmisión en vivo y en directo como “Chiqui Guadulaes”, “Musivideos”, un noticiero semanal “NotiGuaduales” donde se incluía una nota llamada “La historia de mi barrio”, además se hacían entrevistas en directo con personalidades del acontecer de la ciudad.


Cabe resaltar que la Junta de acción comunal del barrio Los Guaduales fue reconocida durante seis años seguidos como la mejor Junta de Acción Comunal por parte de la Secretaria de Desarrollo Comunitario. Por otra parte, en este “ecosistema” Los Guaduales luego se impulsó la construcción del Polideportivo del barrio y para el año de 1998 el barrio la del templo católico Santo Domingo Savio.

lunes, 2 de febrero de 2015

HISTORIA BARRIO EL VALLADO

HISTORIA DEL BARRIO EL VALLADO


Nace de un acuerdo institucional entre el Banco Central Hipotecario (Entidad Crediticia), la Universidad del Valle (Entidad encargada de la supervisión de las obras y asistencia social), INVICALI (Entidad encargada de la consecución de los lotes), EMCALI (Entidad encargada de los servicios públicos domiciliarios), SENA (Entidad encargada de la capacitación en autogestión y autoconstrucción), Fundación Carvajal (Expendio de materiales a bajo costo) y la Corporación para la Recreación Popular (Entidad encargada de las instalaciones deportivas). 

Vista panorámica de un sector del barrio El Vallado. En el bloque superior cielo nublado. Plano general.

No se exigió cuota inicial para las casas, pues era el proyecto bandera de la candidatura presidencial del doctor Belisario Betancourt C., que al ser presidente lo llevo a cabo.
Se funda el 7 de agosto de 1.984 y son beneficiarios de los créditos, personas naturales y trabajadoras, empezándose en ese entonces a poblar el barrio, cuyos primeros habitantes fueron los más cercanos a la calle 48. Los primeros habitantes fueron los cercanos a la calle 48 entre carreras 39E y 41B. Las primeras manzanas fueron construidas por autoconstrucción, pero al no dar buen resultado lo empezaron a hacer por autogestión, consiguiendo maestros de obra calificados y supervisados por los estudiantes de último semestre de arquitectura de la Universidad del Valle, quienes eran los que autorizaban los desembolsos.

(1987) Entrega del Alcalde de Cali Henry J. Eder a la fundación Colgate Palmolive del lote en el barrio El Vallado del Distrito de Aguablanca para la construcción de un polideportivo. 

En 1.987 se inicia la construcción de la escuela Enrique Olaya Herrera, en noviembre de 1.998 se inaugura la Unidad Recreativa El Vallado, construida por la empresa Colgate Palmolive, cedida posteriormente a la Corporación de la Recreación Popular, la que ha sido vital para llevar a cabo procesos deportivos y sociales del barrio y la comuna. Con la ayuda de entidades internacionales se construyo la iglesia de San Ambrosio de Milán, con partidas municipales se construye la Sede Comunal, el Puesto de Policía (hoy subestación de policía), así como también el Puesto de Salud (hoy Centro de Salud). Igualmente se adelanta en el barrio, la construcción de la sede para el Centro de Administración Local Integrado C.A.L.I. 15, cuya iniciación se da en 1.997.
El Vallado es un barrio que ha progresado en muy poco tiempo debido a la gran cantidad de líderes que en él habitan, como también la capacidad asociativa, dándose agrupaciones que han marcado el rumbo del barrio, destacándose diferentes grupos de la tercera edad, grupos artísticos, asociaciones de padres de familia en los distintos centros educativos, etc. La pavimentación del barrio adelantada a través de los Comités de Auto pavimentación, esta adelantada en un 95%.

(1994) En el pie de foto dice lo siguiente: Canalización. La Administración Municipal está trabajando a todo "vapor" en la canalización del caño de la calle 48 que atraviesa el barrio El Vallado, en el sector suroriental de la ciudad.

La 2da. etapa de El Vallado esta comprendida entre las calles 54 y 57 y carreras 38 y 41, las primeras familias pasaron muchas dificultades por la carencia de servicios públicos, muchas personas se pegaron de la energía de los postes, dos señores murieron electrocutados en el intento. Paralelo a la calle 57, se encontraba el antiguo cause del río Meléndez, tenia 15 metros de ancho por 3 de profundidad, el cual fue rellenado. 
El Vallado II cuenta con 4 parques pasivos, existe también un semiparque con una ceiba en la carrera 39C, el transporte lo cubren varias rutas de la Verde Bretaña.


HISTORIA DEL BARRIO CIUDAD CORDOBA


HISTORIA DEL BARRIO CIUDAD CORDOBA


El barrio Ciudad Córdoba fue construido inicialmente por la firma “Coprecali” y posteriormente por la Constructora Limonar, bajo la dirección del ingeniero Alfonso Córdoba Chávez, cuyo padre era el propietario, donde se construye el barrio, cuyos inicios se dan en el año de 1.982. Se comienza con la construcción de la primera etapa desde la carrera 49 con calle 50 y con la del polideportivo hasta la carrera 47; posteriormente en 1.984 se dio inicio a la construcción de la segunda etapa o casas rosadas, a la vez se obtuvo la zona de recreación, la cual constaba de una cancha de microfutbol en tierra y juegos infantiles. Se destacaban estos sectores porque cada una de sus cuadras tenia su vigilancia.

Se aprecia el cubo ubicado a la entrada del barrio Ciudad Córdoba. Atardecer. Cielo nublado. Se observan residencias al fondo.

En ese entonces, Ciudad Córdoba tenia una sola entrada por la carrera 50, en la cual había un reten en guadua, a la vez separada del barrio Mariano Ramos por un muro de ladrillo, después de aproximadamente tres años este muro fue derribado por el barrio; los buses no ingresaban, los jeeps y carros particulares eran los únicos que prestaban el servicio de transporte. Posteriormente se da la construcción de la tercera etapa, la cual finalizaba en la carrera 46, donde hoy esta el cubo rojo, después estos sectores se unificaron, quedando únicamente la primera etapa, en ese tiempo empezaron a ingresar dos rutas de buses (Gris Roja y Verde San Fernando), igualmente empieza a entrar el carro de la basura. Luego se inicia la construcción de la cuarta etapa, el polideportivo dos hasta donde hoy se encuentra la Constructora Limonar, posteriormente fue urbanizada la quinta etapa con su polideportivo tres.

Fachadas de residencias en el barrio Ciudad Córdoba. Se observan rejas en ventanas y exteriores. Paralelismo de líneas con punto de fuga.

Luego fueron loteados unos terrenos por la carrera 42 A con calle 51, con su respectivo, acueducto, alcantarillado, energía y pavimentación, fueron construidas casas de la carrera 50 a la carrera 46 entre calles 51 y 54.
Posteriormente fueron loteados los terrenos del sector IB, con vías pavimentadas, acueducto alcantarillado y energía, luego se dio a la construcción de la etapa II B, en el sector comprendido entre las carreras 46 a 42 A, calle 51 a 54.
Ciudad Córdoba es uno de los barrios con mayores zonas verdes, hoy cuenta con colegios, centros educativos, escuelas deportivas, hogares de Bienestar Familiar, grupos de la Tercera Edad, de teatro, etc., antena parabólica comunal, la iglesia católica ubicada en la esquina de la carrera 42 B con calle 51 y también varios salones para recicladores, lugar conocido como la cooperativa “Nuevas Luces”, situado en la Ciudad Córdoba II (casas rosadas), donde se llevan a cabo diferentes programas de capacitación y se atiende en guardería a los hijos de los recicladores.

Ganado pastando en lote baldío contiguo al barrio Ciudad Córdoba. Al fondo se observan residencias y zona montañosa.

Después de siete años de fundado el barrio se instalan los primeros teléfonos públicos, hoy se goza del servicio telefónico residencial en casi todas las casas; El caño de la calle 48 en un tramo de aproximadamente 360 metros fue entamborado en el año de 1.992.
Hoy se cuenta con nuevos medios de transporte como buses y colectivos en diferentes rutas.
Ciudad Córdoba Ia conforma su Junta de Acción Comunal en el año de 1.996, iniciando el liderazgo comunitario y con la ejecución de obras en procura del mejoramiento del polideportivo; en la actualidad el barrio cuenta con cinco Juntas de Acción Comunal constituidas y otras en proceso de organización.

HISTORIA BARRIO JORGE ZAWADSKY


HISTORIA BARRIO JORGE ZAWADSKY 

El barrio Jorge Zawadsky, fue creado en junio 1 del año 1967, según acuerdo del municipio de Cali Nro.017 y la personería jurídica en noviembre 18 del año 1970 Nro.5121. el señor Jorge Zawadsky, era una persona muy honorable de origen palanes, fue uno de los gestores para la construcción de la vía férrea a buenaventura , así como la carretera a este lugar, tambiénparticipo en el proyecto del primer acueducto de Cali , fue diputado a la asamblea del Valle, concejal de Cali , representante a la cámara , como también era periodista y era periodista y era propietario del periódico que en esa época llamaba el relator , ubicado en la carrera 5 con calle 10 , este fue quemada varias veces por decir la verdad.

Los límites son: De cra44 con calle 13B y 13C hasta la cra 50 y de la cra 48 hasta la cra 50 entre calles 13 y 13c

Tenemos dos zonas verdes cra 48 clle 13c en donde tenemos una cubierta y la casa comunal en donde se reúne la comunidad del sector. No tenemos juegos para los niños porque ya cumplieron su vida útil. Otra cra 50 clle 13c

En los años 67 las calles eran unos barrizales y esto era cultivos de caña, entre otros los puentes eran hechos en madera y los taxis o vehículos casi no entraban al sector por las vías en mal estado, el agua solamente llegaba a unas casetas , que para recoger el agua tenían que hacer cola y lo mismo para lavar la ropa y respecto a eso se formaban muchas peleas .

La mayoría de gente en el barrio son de otro municipio y departamentos, son muy pocos los caleños raizales.

Personajes: Han residido en este sector, el cantante Javier Vásquez , los futbolistas Mayer Cándelo y Franqui Oviedo entre otros .

Sitios comerciales: En la avenida pasoancho hay supermercados, ferreterías, almacenes, venta de comidas entre otros.

Hay muchas personas de los grupos adultos, quienes caminan y hacen ejercicios, más que todo en la cancha y polideportivo de la selva.

HISTORIA BARRIO EL DORADO

HISTORIA BARRIO EL DORADO


El barrio El Dorado, fundado en el mes de junio de 1960, por el Instituto de Crédito Territorial que adjudicó inicialmente 259 viviendas, actualmente tiene 650 que incluyen 4 unidades residenciales de la Alambra, 2 etapas de Balcones de las Lajas y Nueva Granada; posee también el Centro Comercial Las Lajas.  

El barrio se creó por una iniciativa que tuvo el gobierno hace muchos años por medio del “instituto Colombiano de crédito territorial” fue un plan de vivienda para obreros, se entregó en 1960 y en 1961 empezaron a llegar los primeros habitantes, el barrio se componía por 8 manzanas y luego se agregaron 2 manzanas más de un barrio que se llamaba el Carmelo, cerca de este barrio en ese tiempo quedaba el barrio ferrocarril (destinado para empleados del ferrocarril).

Estaba rodeado por 4 canales de aguas residuales (caños), uno que pasaba por la calle 13, otro por la cra 34, el de Cristóbal Colón y el Dorado y el más grande que es el de la cra 39.

La pavimentación, fue gestión propia del barrio el Dorado, porque este barrio se entregó en obra negra: las casas sin ventanas, sin puertas, sin repello, escasamente con agua, con cocina y baño en condiciones limitadas. Las casas se entregaron sin tapias internas, es decir que existía sólo un patio para compartir en comunidad que comunicaba las casas.

Originalmente el barrio se llamaba Pasoancho y cambio a El Dorado. Existían lotes de las unidades residenciales Balcones de las Lajas, Las lajas, Santo Domingo, que eran utilizados como cementerios de los caballos que corrían en el antiguo hipódromo que ahora es el estadio panamericano.

Las unidades residenciales Balcones de las Lajas, las lajas, Santo Domingo hacen parte del barrio el dorado, las juntas de acción de vecinos dentro de sus unidades, estas mismas tiene representación en la juta de acción comunal del barrio el Dorado.

El barrio tuvo un cambio muy grande gracias a los Panamericanos, por la 39 pasaba el tren panamericano, una película que se llama “Agarrando Pueblo” de Carlos Mayolo, se puede apreciar el tren del que se habla porque casi todo se centra en un vecino del barrio El Guabal. Esto ayudo a que se fortalecieran más los lazos de solidaridad y a la realización de actividades como la preservación de la cancha de fútbol.

HISTORIA ASENTAMIENTO BRISAS DE COMUNEROS


CÓMO NACE EL ASENTAMIENTO BRISAS DE COMUNEROS 


Descripción del lugar de estudio

Brisas de Comuneros está ubicado al oriente de la ciudad de Santiago de Cali, como hemos dicho en la comuna 15, a lo largo del antiguo cauce del río Meléndez. Al sur limita con el asentamiento El Valladito; al occidente limita con los barrios Comuneros I y el Vallado; al oriente con terrenos ejidales del municipio, entre ellos una finca de cultivo de millo; al norte con el asentamiento 
Brisas de las Palmas. 
En este lugar hay dos calles principales, una está ubicada al occidente entre el asentamiento y los barrios Comuneros I y el Vallado y la otra al oriente entre los terrenos ejidales y la parte trasera del asentamiento, estas calles no están pavimentadas. Las viviendas en su mayoría se encuentran construidas en material, es decir, con ladrillo y cemento, hay algunas casas que son de dos 
pisos con su primer piso en cemento y ladrillo, el segundo piso en madera estas por lo general tienen escaleras de madera con más frecuencia instalada al interior de las viviendas con esta estructura, también se encuentran viviendas de dos pisos hecha toda en ladrillo con cemento; por otro lado, hay viviendas que están en proceso de construcción y en estas se encuentran mezclas de materiales, por 
ejemplo, en el espacio de una ventana se ponen tablas mientras se termina de construir, se ve como la comunidad toma los materiales que tiene a la mano para asegurar su vivienda, como plásticos, laminas de zinc, madera, guadua, palos, etc. 
En este asentamiento entre las dos calles principales, de las que se habló anteriormente, se encuentran estrechos pasajes donde los frentes de las casas en ocasiones no pasan una distancia de un metro entre sí; los pasajes no están pavimentados y en ellos se pueden encontrar huecos de alcantarilla, por otro lado, escombros, piedras, tablas, palos, esto para cuando llueva evadir un poco el lodo ya que en los tiempos de lluvia las viviendas ubicadas en los pasajes pueden inundarse debido a que el alcantarillado presenta dificultades y se rebosa en estas circunstancias, también se produce el lodo por el escape de agua que proviene de las mangueras instaladas en las casas con las que se provee de agua la comunidad. 
No se cuenta con zonas verdes o de recreación para la comunidad dentro del asentamiento más sus habitantes utilizan la cancha ubicada en Comuneros I, en la calle 57 con carrera 30D. Para fines recreativos, para realizar asambleas o reuniones de la comunidad. 

El Comienzo de una lucha

Según los datos ofrecidos por uno de sus fundadores, el 03 de agosto de 1987, diecisiete familias, la mayoría del pacífico colombiano y de algunos departamentos de otras zonas del país, entre estos departamentos tenemos Nariño, Cauca, Chocó, Risaralda, Tolima y Huila, quienes en ese momento carecían de una vivienda digna, fundaron Brisas de Comuneros. Este era un
espacio baldío, donde se encontraba ubicada la antigua madre vieja del río Meléndez. Lo que llevó a la gente a levantar en este lugar sus ranchos fue la idea de que allí podrían construir sus viviendas y nadie les perturbaría. 
Los habitantes de Brisas de Comuneros por medio de movilizaciones y luchas han logrado sostenerse en la zona, éste asentamiento tuvo un reconocimiento por parte del municipio en 1994. En la actualidad las personas que viven en este lugar en su gran mayoría son afrodescendientes; en este momento por causa de la violencia que vive el país, principalmente en nuestros campos, pueblos y zonas rurales, han llegado una cantidad considerable de personas en situación de desplazamiento, principalmente de Nariño, de zonas como Tumaco, Salahonda, El Charco, Iscuande, Barbacoas, Ricaurte, etc; de otros lugares como Cauca; Antioquia; Chocó; Valle del Cauca, vía a Buenaventura, Buenaventura, el Naya 
(Cauca y Valle). 

Como consiguen la tierra

“Nosotros nos asentamos aquí por la necesidad de vivienda, esto era el antiguo cauce del río Meléndez y llegamos ese día nos pusimos de acuerdo, de alguna manera nos conocíamos y él que no era conocido de todos, alguien lo recomendó, porque nosotros lo que si tratamos de una vez, fue de cuidarnos porque sabemos los asentamientos el gobierno nunca los ha visto con buenos ojos. Iniciamos desde ese momento cada uno en minga hicimos los ranchitos, y no sé si usted entiende de la minga, el trabajo comunitario, a partir de ese momento, acá no teníamos ninguna clase de servicios, no todos teníamos familia, y los niños eran escasos en ese momento acá, yo por ejemplo no tenía niños”. 
Desde ese momento hubo una especie de organización o por lo menos entre los primeros habitantes se ponían de acuerdo y buscaban así poder vivir dignamente, pues Alberto Rentería uno de los fundadores lo describe de alguna manera.
“nosotros cuando llegamos cada uno tomó el terreno según su necesidad, en eso si fuimos como muy democráticos, no tuvimos ningún control, cada uno optó por su espacio, lo que necesitaba o lo que en su momento su situación económica le permitía porque tú sabes que hacer un ranchito de estos y uno no tiene dinero y demanda un gasto, entonces cada uno hacía su ranchito a su espacio, entonces a medida que nos fuimos ubicando, porque todos teníamos que pagar arrendo, entonces cuando ya nos ahorramos el arrendo entonces ya pudimos haciendo más espacio, pues uno no teniendo familia como llegamos los primeros, teníamos para donde crecer nuestras viviendas, ya cuando llegaron los segundos, la 
segunda parte, allí si tratamos de controlar, para que la cantidad de 
familias cada una tuviera un espacio”

Como se dijo antes, los primeros habitantes se organizaron y aunque en algún momento se salió de control se intentaba que el barrio, como se le llama al asentamiento internamente y será llamado en este trabajo, fuese organizado. 
Fue perdiendo el orden físico que quiso dársele ya que al ocurrir desalojos en otros lugares, algunas de estas personas se dirigían a Brisas de Comuneros y eran acomodadas allí pero hubo un momento en el que eso se descontroló y la gente no atendió la orientación de quienes estaban liderando desde la comunidad, 
“hubo un desalojo en un asentamiento que lo llamaron el Encanto, y los desalojaron y toda esa gente se vino para acá a un espacio que había, con mucho desorden porque era mucha gente y no la pudimos controlar, en ese momento teníamos un lote para hacer el espacio comunitario, con motivo de eso hoy ya está hecho, pero no iba a quedar en este sitio y en ese momento era tanta la gente que 
hasta ese espacio nos lo tomaron”

“Hicimos las casitas… y después de años en esa situación, cada año se tenía que cambiar eso, porque imagínate, madera dentro del agua - ¿y era en tabla como en el pacífico, Buenaventura? - Si en tabla, y maderita redonda, entonces lo que normalmente allá se le llama portón, entonces así estuvimos por un buen tiempo y así empezamos a rellenar, o sea las calles de nosotros eran con tablas y por puente, empezamos a ir rellenando poco a poco”51. Esta fue la manera como la comunidad se asentó en estos terrenos los cuales anteriormente no tenían las condiciones actuales ya que la gente vivía sobre puentes, donde abajo estaba lo que era la madre vieja del río Meléndez, lo cual es descrito por una de las habitantes del asentamiento, “quién se iba a meter allá, porque eso era un barro que chupaba -¿Por lo que era húmedo? - Sí, eso era como un barrial y entonces eso el que caía allá, se lo chupaba, eso allá se perdió plata en cantidad, monedas, cucharas, eso allí cualquier cantidad de cosas y ya empezaron a rellenar y a rellenar hasta que ahora sí, quedó todo relleno y ya quedó todo, esa era la vida 
que llevábamos y era dura, bastante dura”. Las casas o ranchos como les llaman sus habitantes, anteriormente eran principalmente construidas en esterilla, madera, techos de cartón, Zinc y material reciclable. La gente fue construyendo en cemento entre otras cosas para prevenir que no quedaran sus ranchos destruidos en medio del fuego, al presentarse un incendio ya que en Brisas de comuneros hubo anteriormente un incendio que afecto 86 ranchos. 

SERVICIOS PÚBLICOS

Inicialmente se carecía totalmente de estos. Cada quien hacía sus necesidades como podía. Mientras esto la gente iba por agua hasta el vallado o a otro sitio donde existían unas pilas. En el barrio de enseguida, el cual es Comuneros I, aún no habían colocado agua, energía y alcantarilla; algunos de los habitantes del asentamiento trabajaron con las empresas municipales en el proyecto de colocar 
los servicios en Comuneros I. De esta forma en el asentamiento la gente se benefició, con ayuda de Arcadio Cabeza que fue una de las personas de la comunidad que logro trabajar en esa obra, más precisamente en el acueducto.

Se logró que en el rancho de Alberto Rentería se colocará una manguera, que este último consiguió “Las demás familias, todas iban a lavar allí, teníamos lavadero comunitario era en mi rancho, mi casa”53, otras personas también querían colocar su manguera pero no tenían la plata para ello; con la manguera en el rancho de Alberto, entonces, se instaló un lavadero comunitario, el agua era 
deficiente pero aún así la gente iba al lavadero, donde principalmente entre las mujeres se presentaban dificultades con los turnos para lavar, luego con el paso del tiempo ya en otros ranchos también se instalaron mangueras y de los ranchos donde había agua se les daba a quienes no tenían. Este principio el de la 
solidaridad ha sido una constante en este proceso de acuerdo a lo recogido en las entrevistas y a lo observado durante el tiempo que ha existido un acercamiento con esta comunidad. 
En cuanto a la energía, inicialmente los postes eran de madera, se reunían entre dos, tres o a veces hasta seis familias y compraban los cables metiendo uno de regular resistencia y de esa forma cada quien colocaba energía en su rancho, en ese momento la energía era deficiente. En dos ocasiones las empresas municipales quitaron la energía en el barrio, la segunda vez, además de cortar la energía se llevaron los cables de la misma, por lo cual, sus habitantes 
demandaron al sector de la energía de las empresas municipales de Cali - Emcali. 
Esta demanda fue ganada por la comunidad, a las empresas municipales les correspondió devolver los cables de energía, se pactaron acuerdos con Emcali y en adelante mutuamente se apoyaron en sus distintas circunstancias, la comunidad ha apoyado a Sintra Emcali en sus protestas, y en su momento Emcali 
asesoró a la comunidad para que sus instalaciones eléctricas no perjudicaran a los vecinos del barrio de enseguida, comuneros I, quienes se quejaban en las empresas municipales, cuestión que causaba los cortes energía en Brisas de comuneros, “Entonces de ahí para acá ya fuimos más bien amigos incluso nosotros nos metimos en todos los tropeles de las empresas municipales, que 
han intentado venderlas y todo eso, hemos estado acompañándolos en muchas de esas cosas”. 
Al organizarse la comunidad a través de la Asociación Pro Vivienda y Desarrollo Ambiental y Social – Provida, se llevaron a cabo proyectos entre ellos uno relacionado con la energía, en el cual participaron algunas organizaciones alemanas, junto con algunas personas de la clase política y las empresas municipales “nosotros hoy tenemos agua puesta por las empresas municipales la 
energía es buena, también en los tres asentamientos, en las Palmas tienen su transformador, Brisas de Comuneros tiene tres y el Valladito tiene uno; haciendo convenios con las empresas municipales y algunas organizaciones extranjeras se bajo recursos para comprar los transformadores y por la otra parte, los cables los 
conseguíamos en tiempo de elecciones con los políticos”

En cuanto a la alcantarilla ésta ha sido organizada por la comunidad para lo que se han utilizado tubos reciclados en obras viales, por ejemplo cuando se construyó la avenida ciudad de Cali o cuando se hizo la segunda calzada de la avenida Simón Bolívar, cuando se hacía reposición de tubos en la ciudad se escogían los tubos desechados que estuvieran en buen estado, de esta forma con la gente de la comunidad se realizó la alcantarilla. 

INTENTOS DE DESALOJO

Retomando la situación con la tierra, a los tres meses de haberse asentado en el antiguo cauce del río Meléndez, empezaron en sí las dificultades con la fuerza pública. Aquí hubo un intento de desalojo a causa de las denuncias del señor de los terrenos que quedan frente al asentamiento. “este señor inicia proceso en contra de nosotros, policivo inicialmente, pues la policía en ese momento no nos pudo desalojar porque existía no sé si decreto o ley que la policía podía desalojar antes de 24 horas, después de 24 horas no”56. De todas formas se inicia un proceso judicial contra el asentamiento, al terminar este proceso aproximadamente en 1990, según cuenta Rentería, quedó demostrado que no estaban ocupando los predios del demandante, que por el contrario estaban 
asentados en zona de protección ambiental. El municipio decide dejarles ahí pero con el compromiso de que no llegase nadie más a vivir al lugar y por su parte ellos se comprometían a conseguirles vivienda. Cosa que hasta ahora no ha pasado.
En brisas de comuneros y en los dos asentamientos vecinos se presentaron varios intentos o amenazas de desalojo pero frente a esto la comunidad se movilizó, participando de distintas movilizaciones defendiendo el derecho a la vivienda digna “participamos en una movilización que hizo el distrito para hacer conocer sus problemáticas le estoy hablando del 93, hubo otra movilización en el mismo 93, hubo dos movilizaciones una que nosotros hacemos solos y otra que acompañamos al Distrito en general”57. Uno de los momentos donde más fuerte se vivió en la comunidad el intento de desalojo fue en 1994; Brisas de Comuneros 
había crecido, teniendo ya tres etapas, ocasionado esto por lo anteriormente mencionado por Rentería sobre la situación del asentamiento El Encanto, por lo que llegó mucha gente al lugar y éste fue el motivo por el que estuvo en trámite el desalojo. 

Aquí la acción fue mayor “en agosto del 94, sí Hicimos la movilización más fuerte, más grande, en ese momento llegamos hasta el Cam y allí nos acompañaron muchas gentes solidarias con nosotros incluyendo algunos medios de comunicación”. En ésta oportunidad hubo una toma del CAM por parte de la 
comunidad de Brisas de Comuneros, acción que llevó a la administración municipal a hacer acuerdos con una comisión negociadora, no hubo tal desalojo y por el contrario las autoridades encargadas hicieron una inspección ocular, verificando lo dicho por la comisión negociadora. 

LA GENTE DE BRISAS DE COMUNEROS

La gente de Brisas de Comuneros como ya se ha mencionado proviene en su mayoría del pacífico colombiano y son en su mayoría afrodescendientes, de acuerdo a una encuesta sobre victimización realizada en Brisas de Comuneros, por estudiantes de la Maestría en Sociología de la Universidad del Valle como 
trabajo del curso Diseño de Sondeo, en el año 2006, de 129 encuestas el 82.1% de las personas encuestadas se consideraron como (negras) descendientes de africanos en este estudio; 12.4% se consideraron mestizos, 4,6% se consideraron blancos e indígenas. En cuanto al nivel educativo, de acuerdo a las personas encuestadas 51.2% ha accedido a la primaria pero de esta cifra solo el 14.7% tiene primaria completa. Esto frente a un 38.8% con secundaria incompleta y 8.5% de las personas encuestadas tiene secundaria completa. El nivel más alto de escolaridad encontrado en esta encuesta es el de formación técnica incompleta con 1.6%; “yo te puedo decir que en cuanto al estudio de los muchachos, los jóvenes, en estos momentos a nivel universitario tenemos tres 
personas del asentamiento -

HISTORIA BARRIO EL RETIRO


Barrio el Retiro


Historia de uno de sus moradores:

“Siendo gobernador del Valle el doctor Luís Fernando Londoño Capurro y el Alcalde el Doctor Rodrigo Escobar Navia se buscó solucionar el problema de las demás invasiones que habían regadas en diferentes partes de la ciudad dándole un feo aspecto a esta, con la Universidad del Valle y el Instituto de Vivienda “INVICALI”, dirigido en ese entonces por el doctor Juán Manuel Pulido M. se logró conseguir unos terrenos al sur oriente, terrenos que eran cultivos de un japonés, muy por debajo de los niveles del río Cauca y bordando el mayor caño… Se llegó al Retiro con la ilusión más la organización y el vivir humanamente, pero no 
imaginamos en la trampa que había caído… al quedar solos no se veía a un metro de la maleza y el rastrojo… El terreno era seco, habían unas zanjas de unos tres metros de ancho por metro y medio de profundidad (más tarde sabríamos que estas zanjas se habían hecho para secar el terreno y podernos entregar)… muchas veces llovía y se mojaba todo, comenzó a correrse el velo del engaño… De noche no se podía dormir porque de una patada o empujón le tumbaban el rancho encima y llegaban a violar una familia completa.
Aunque en el barrio vivían varios agentes no se veía ni a uno, o tal vez porque por su seguridad caían también en la ley del silencio. Los Habitantes tenían un poco de valor civil comenzaron a organizar escuadrillas de vigilancia, pero también comenzaron a aparecer disque guachimanes a los cuales era obligatorio pagarles semanal, sino ellos mismos se les metían a las 3 ó 4 de la mañana y los atracaba. 

– Pasaron unos nueve meses de acuerdo al relato -. 

Era un miércoles santo, había llovido mucho, ya nos habíamos dado 
cuenta que al abrir un hueco para enterrar un palo a los 10 centímetros había agua, dificultándonos la labor de seguir construyendo nuestra vivienda, seguía lloviendo ya era casi imposible salir de los ranchos. El sábado santo se vino la primera grave inundación con unos pocos bombillos cuya luz se asemejaba la de una vela vimos en la noche el agua que estaba pareja en el barrio a unos 10 cm, muchos no le pusieron cuidado a esto, a la madrugada el agua ya subía a un metro y seguía lloviendo, entonces la mayoría de líderes de las invasiones que habían llegado comenzaron a una nueva lucha ya contra la naturaleza, 
el salir a las dos de la mañana con el agua a la cintura, oscuro, en 
partes habían hoyos que tocaba nadar hacía ranchitos tapados por la mitad, en donde muchas veces había una madre sola con sus 4 ó 5 hijos sobre las camas tapadas por el agua sobre ella una mesa y sobre la mesa todos… se oían gritos había gente que se había despertado con el agua en la nariz ahogándose, todos salíamos con los hijos en los hombros hacia el jarillón del caño el cual estaba que rebosaba por encima. 
El vergel estaba parejo, el caos a esas horas de la madrugada era 
total… En Diciembre de ese año tuvimos otra grave inundación. Ya nos estamos volviendo insensibles a esta situación. De esta inundación 52 tenemos el recuerdo que el día de las velitas las poníamos sobre tablas y tarugos y las echábamos a nadar, hasta la presente semanas santas, 
diciembre y años nuevos los habíamos pasado inundados”

HISTORIA BARRIO COMUNEROS I

Historia del Barrio Comuneros I

Carlos López, Campo Elías Abadía y Benjamín Ortega no tenían vivienda, así que se organizaron con otras personas, que estaban en la misma situación, con la idea de reunir la cantidad de dinero necesaria para comprar un terreno y lotearlo entre los ahorradores, la inscripción era de $80 pesos por persona.

Cuando se reunió el dinero suficiente para negociar un terreno, se compró la Hacienda Las Cucarachas, propiedad del señor Magano, de origen japonés, que hasta entonces había estado destinada a la siembra de soya y millo, por consiguiente los terrenos eran fangosos y llenos de lagunas. Así fue como nació la Asociación de Adjudicatarios del Valle, que después fue declarada Urbanizadora Pirata e intervenida por el ICT, entidad que entrega las escrituras.
El nombre del barrio nace de una idea del señor Campo Elías Abadía quien dijo que como el dinero se había conseguido con el ahorro de la gente, era bueno ponerle el nombre de los Comuneros, para resaltar el trabajo comunitario de dicha labor y al mismo tiempo hacerle un homenaje a la revolución comunera, pues esa forma de urbanizar era una verdadera revolución.


El barrio fue entregado el sábado 30 de noviembre de 1980 a las 2 p.m.

En sus comienzos no tenía energía ni agua; con la ayuda del entonces gerente de las Empresas Municipales, señor Alfredo Domínguez Borrero, se consiguieron dichos servicios. La primera ruta de buses fue de la empresa Alfonso López y la primera escuela fue La Bastilla.

Hoy el barrio cuenta con todos los servicios públicos necesarios, las vías pavimentadas en un 90% y varias rutas de buses. Además existen el Instituto Técnico Industrial Carlos Holguín Mallarino, 2 escuelas públicas y varias privadas, una sede comunal y un puesto de salud.

HISTORIA BARRIO EUCARISTICO

Barrio Eucaristico

Este tradicional sector nació a partir de la celebración en Cali del Primer Congreso Eucarístico Bolivariano en el año de 1949, durante el Papado de su Santidad PIO XII, logrando impactar la ciudad de tal manera, que fue bautizada por la comunidad caleña como la Iglesia del Templete Eucarístico; nombre con el que en la actualidad se conoce también el barrio. Pero fue el 20 de julio de 1955, con la presencia del general Gustavo Rojas Pinilla, que se hizo su inauguración oficial.

Los terrenos para la construcción fueron cedidos por la gerencia del hipódromo de San Fernando, a cargo de Ignacio Gutiérrez, según escritura pública No. 1 de la Notaria Primera de Cali en junio 5 de 1948 y hacían parte de la antigua hacienda de la familia Zaccourth, tierras altamente anegadizas por los desbordamientos continuos de las quebradas que nacían en San Fernando Alto como la quebrada El Lindero y el Cañaveralejo.

El Barrio Eucarístico está situado dentro de la comuna 19 delimitado así: al sur carrera 39, avenida Nueva Granada; al norte carrera 34 avenida del Estadio o de los Mangos; al oriente calle 9 Avenida Joaquín Borrero Sinisterra; al occidente calle 5b5, la Avenida Roosevelt o calle 6, atraviesa el barrio de norte a sur.

El 20 de Julio de 1955 el General Gustavo Rojas Pinilla llegó al barrio para conmemorar la celebración del 145 aniversario de la gesta libertadora, acompañado de sus ministros, altos jefes militares, autoridades civiles y jerarcas de la iglesia, coincidiendo con la inauguración de 168 casas que el Instituto de Crédito Territorial iba a entregar a igual número de familias beneficiarias.
En el marco de este evento se dio la bendición del nuevo barrio, en un acto que se desarrolló en la Avenida Roosevelt, frente a lo que hoy es el Parque El Templete Eucarístico, considerado un importante referente histórico y arquitectónico de esta zona del centro sur de la ciudad. 

El sector lo llamaban inicialmente Cedro Hipódromo. El sitio escogido para llevar a cabo el acto de entrega y bendición del nuevo barrio fue la Avenida Roosevelt entre calles 11 y 12 sur, de acuerdo a la antigua nomenclatura urbana, frente a lo que hoy es el Parque el Templete Eucarístico.

Para la celebración de esta simbólica ceremonia, las casas fueron adornadas con banderas y gallardetes. El párroco Herreros, de la Iglesia San Fernando Rey, llevó a cabo la ceremonia de la bendición.

Paralelamente, en el mismo año, se inicia la construcción de la Plaza de Toros y se desarrolló el programa vial, consistente en la prolongación de la Avenida Roosevelt hasta el coso taurino de Cañaveralejo, proyecto éste que impulsó el desarrollo urbanístico hacia el sur de la ciudad.

La parroquia, que comúnmente se le denomina Templete, se llama Santísimo Sacramento, regentada inicialmente por los padres Carmelitas Descalzos, de nacionalidad española, siendo su primer superior el padre Serapio y los padres Samuel y Manuel José. Esta parroquia tiene influencia espiritual en los barrios vecinos de Champagnat, El Cedro, San Fernando Nuevo y Cámbulos.

En ella se venera la imagen de la Virgen del Carmen traída desde España. Cada año, en el mes de julio, se realiza un acto multitudinario con los fieles y con los conductores que la adoptaron como su patrona.

Además del Templo, otro hito histórico arquitectónico importante para Cali que se ubica en el barrio, era el antiguo Hipódromo cuya torre, como la del Templete, fueron por muchos años las construcciones más altas del sur de la ciudad. Entre los años 1948 y 1967 los caleños disfrutaron de las emociones de este espectáculo hípico que allí se brindaba cada domingo y se apostaba el 5 y 6.

El Colegio Bolívar fundó en este sector su moderna sede campestre en la década del 40. Este modelo arquitectónico fue adoptado en las nuevas sedes educativas de los colegios del sur de Cali. Los profesores y estudiantes norteamericanos y los jóvenes de intercambio influyeron mucho, sobre todo en el deporte del beisbol y el escoutismo. En l963 la Gobernación compra las instalaciones y es donde funciona hoy día el Liceo Departamental.

Entre los primeros residentes del barrio figuran oficiales y suboficiales del Ejército de Colombia, empleados, trabajadores oficiales del Departamento y de la Administración Municipal, como también civiles profesionales y familias llegadas de todos los municipios del Valle y de otras ciudades del país, formando una amalgama de nuevas culturas.

Este importante sector de Cali ha vivido durante sus primeras cuatro décadas el esplendor de una comunidad unida y emprendedora que se educó y sobresalió en el ámbito social y económico destacándose en todos los frentes: deportivo, cultural, político, social, dándole lustre a la ciudad y al país.

Entre sus fundadores figuran: Raúl Echavarría Barrientos, Miguel Camacho Perea, Estela Márquez Zawadsky, Marino Paz, Joaquín Marino López, Hugo Cadena Copete, Laura Isabel Santacoloma, Armando Jaramillo, Ramiro Soto, Abraham Retán, Carolina Soto de Junca, Nena Cabal, Mayor de las Rosa, Deogracias Fonseca, (ex presidente de la República y General de la Junta Militar) y las familias Casas Ortega, Haman Rincón, Navia Valencia, Urrutia Navia, Borrero Prado, Ciro Posada, Varela Pugliese Carvajal, Hincapié Buch, Liderman, Quintana Varela, Bellini Victoria, entre otros.

En el año 2006 el barrio fue condecorado según Resolución No. 1876 de 2006, “Por medio de la cual se concede Medalla Santiago de Cali, en el grado Cruz de Oro, al barrio Eucarístico en sus 51 años de su creación”, por parte del Concejo de Santiago de Cali.

En el año 2008, por su tradición y prestigio, el barrio fue escogido para filmar en sus calles y entorno, el seriado “La Sucursal del Cielo”, donde participaron muchos habitantes del barrio, al lado de artistas muy afamados a nivel nacional.

Estos antiguos pastizales, posteriormente urbanizados, tuvieron en las manos de sus fundadores, la magia de convertirse en bellos jardines que enlucieron sus nuevas casas, sembrando árboles como cadmios, ceibas, guayacanes, palmas, y palmeras en sus antejardines, en los separadores y en los tres parques con que cuenta el barrio, embelleciendo el entorno y refrescando con las brisas las cálidas tardes caleñas.

El parque El Templete, con aproximadamente 5.000 metros cuadrados, ha sido el epicentro de todas las actividades comunitarias y religiosas por tradición, en cuyo centro existía una fuente de agua, que desapareció después de una reforma en el diseño; la magnífica arborización esta inventariada por el Dagma. 

La historia que antecede al parque, su ubicación estratégica y la calidad ambiental, hizo que se promoviera en el año 2001 y fuera declarado Parque Metropolitano de Recreación Pasiva y preservación Ecológica.

Dada su antigüedad, existen problemas de infraestructura vial y colectores, provocados por el permanente tráfico vehicular, el cual colapsa sus calles. El barrio ya no es residencial sino mixto, lo que ha afectado su tranquilidad a causa del comercio.

Ello no ha opacado la memoria histórica del tradicional barrio, por el contrario, sus habitantes cada día la hacen más grande y con amor y sentido de pertenencia le han dado al Eucarístico, el carácter acogedor y respetable que se merece.

En el 2001, el Dagma declaró a la zona verde de El Templete como ‘Parque metropolitano de recreación pasiva y preservación ecológica’.

Y en el 2006, al cumplirse los 51 años de fundación, el barrio fue condecorado con la Medalla Santiago de Cali, en el grado Cruz de Oro, por parte del Concejo.

HISTORIA BARRIO ALAMEDA


Barrio Alameda

El barrio Alameda fue fundado en octubre de 1930. Su nombre se debe a la abundante arborización que presentaban sus calles.

Originalmente, el parque de este barrio tradicional estaba rodeado por residencias ocupadas por familias fundadoras, un lugar de carácter vecinal y comunitario donde en las tardes, bajo sus palmas, los vecinos discutían las labores del día. 

Sumado a este carácter residencial inicial, el barrio Alameda ha adquirido un carácter comercial debido a la influencia de las vías que lo atraviesan. 

Hoy, la arquitectura circundante ha cambiado a través del tiempo… ha pasado de una arquitectura colonial, de los dueños fundadores, a un grupo de comerciantes que ha ido transformando el lenguaje arquitectónico de sus fachadas, los nuevos usos han transformado la arquitectura tradicional; esto se ve reflejado no solo en las fachadas, sino en la transformación en la composición arquitectónica que ha sufrido el parque desde su fundación.

HISTORIA BARRIO LOS CHORROS

HISTORIA BARRIO LOS CHORROS

MEMORIAS DE UN BARRIO

Todo lugar es mágico. Cada sitio esconde sus verdades, guarda secretos que acaso nunca revelará. Cada lugar lleva a cuestas una historia que pocos o ninguno sabe. Con los años todo lo cercano se aleja, incluso nosotros nos alejamos de esos lugares que nos vieron crecer y quizá formaron las bases de nuestro ser.

Dice Gabriel García Márquez: “Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida”; vida, que como sabe muy bien aquel caribeño soñador, se basa en los lugares de donde venimos.

La historia del lugar mágico que nos corresponde nos traslada a una vereda llamada “Los Chorros”. Ubicada al sur de la naciente Santiago de Cali y constituida de pequeñas casas como tragadas por las matas de plátano, los árboles de pino y gualanday, especies hace mucho reinantes, que hoy se mantienen sólo como meros adornos para las tantas familias dedicadas a conservarlos.

Mientras en Argentina un presidente querido y odiado por igual dimite a su cargo y al poco tiempo muere, dándole así al continente su primera mujer gobernante, en nuestra ciudad nacía el hospital Mario Correa Rengifo; bautizado así por uno de sus más ilustres doctores. En éste se dedicaban a atender a los enfermos de tuberculosis que, lejos de las demás personas, podían pasar su enfermedad en un lugar lleno de naturaleza, tranquilo, donde curarse podía ser una opción. La vereda “Los Chorros” recibió el Hospital después de su traslado, a finales de la década del setenta, desde el hospital San Juan de Dios. La vereda era un lugar con pocas carreteras, sin habitantes, un sitio excelente para mantener alejada la enfermedad del resto de los ciudadanos.

Entre los sectores ilustres que componen nuestra ciudad se eleva, y nunca mejor dicho, “Mario Correa Rengifo”, un pequeño suburbio al sur, ubicado en el corazón de la comuna 18 y que incluso muchos de sus habitantes desconocen. Este se levanta por encima de los barrios Caldas y Prados del sur; sobre él emerge, como trepado en la montaña, el barrio “Los chorros” donde abundan las minas y las historias.

Aquellos que llegaron primero al barrio solamente encontraron trabajo, minas para explotar, carreteras por construir, casa para hacer, escuela por la que luchar. En 1984 nace oficialmente el barrio, después de separarse del barrio Lourdes, perdido entre lugares más grandes y populares pero con la misma fuerza y perseverancia que cualquiera. Aún sus primeros habitantes recuerdan sus luchas para que las primeras rutas de la empresa de transportes Alameda subieran a lo que era sólo un tumulto de casas construidas en ladrillo, vigas de guadua y tejas de zinc: “Eso tuvimos que hacer mucho papeleo. Primero para hacer entrar los buses, pues no querían según ellos porqué esto era un hueco lleno de zancudos, y luego, cuando logramos que entraran la ‘Alameda’ no quería dejar trabajar más buses. Ni ‘Amarillo crema’, ni ‘Montebello’, la ‘Pagayo’, eso se volvió un monopolio”, dice don Jesús uno de los primero habitantes del barrio.

Cuando éramos niños los maestros, ajenos a las realidades históricas, nos maravillaban con cuentos sobre los orígenes del barrio. Historias que por demás dan paso a la imaginación y la recreación de cualquier niño. Historias que creíamos lejanas y absurdas, meras creaciones fantásticas para entretener la mente de sus alumnos.

Cuentan los ancianos, y ellos saben más de eso, que todavía en las noches se escucha el trotar de un caballo por la carretera que conduce al Hospital. El caballo de un noble campesino que al recibir la noticia del derrumbamiento de una de las minas salió rápidamente al trote por la vereda, en busca de sus hijos. Dicen quienes conocen la historia que en aquella noche no se veía nada y el único sonido era el de las pisadas y el relincho de su caballo. Dicen haber escuchado eso mismo cuando caballo y jinete cayeron por el barranco. Dicen que el barranco ahora son dos casas unidas como siameses y sus habitantes viven sin saber la historia de esa tierra, del hombre que no consiguió nunca ver la suerte de sus hijos. Eso dicen los ancianos, y de eso ellos saben más.

Ahora, niños y colegio, han cambiado tanto que si se vieran así mismos no se reconocerían. La mano del Gobierno Municipal ha pasado por todo aquello antes vereda, convirtiéndola en una mejora constituida por cemento y piedra. Hemos visto cambiar los antiguos lugares, ahora los caminos están remendados, el colegio ha sufrido una transformación significativa y el transporte ha sido actualizadopara mejorar la calidad de vida de los nuevos habitantes. En esta tierra sin memoria¿Qué pensarían los antiguos pobladores de estas tierras? ¿Qué dirían de nosotros?

Que Cali fue fundada por españoles y que los indígenas defendieron su territorio con el coraje de aquellos a punto de perderlo todo, lo sabemos de sobra. En los libros de historia están guardadas las batallas de los nobles indios Calimas y Jamundies, en sus páginas se esconde la sangre dada por los suyos, por su tierra, el dolor que sufrieron y las incontables penas sufridas. Cualquiera que desee saber sobre eso puede buscar aquellos libros o incluso leer algunos de los textos que han pasado por esta sección. No invocaré fantasmas.

En este país, donde el dolor es pan de cada día y el abandono forzado se ha convertido en algo tan común que ni siquiera los noticieros, ávidos de explotar el dolor ajeno, le prestan atención. Somos testigos de la unión y la perseverancia de aquellos tan mal tratados por la patria. Las nuevas generaciones se enorgullecen de pertenecer a la capital de la salsa, de ser hinchas del Cali o el América, de creer que todo lo demás es loma. Sin embargo, y esperando dejar en el olvido al propio olvido, los barrios de Cali están llenos de caucanos, payaneses, huilenses, chocoanos etc. Gente que con su esfuerzo logró sacar adelante barrios como del que ahora les hablo. Personas que tomaron esta ciudad, a veces tan ingrata, como suya y, aunque deleitan a sus familias con platos típicos de sus regiones y de vez en cuando miran con nostalgia los recuerdos de su tierra, llaman a Cali su hogar.

Inevitablemente, y ya que la memoria está hecha de recuerdos y olvido, al escribir lo anterior me vienen a la mente las líneas de aquel caribeño soñador leídas hace tanto, en la única escuela que existía y que aún existe en el barrio: “Allí vinieron, confundidos con la hojarasca humana, arrastrados por su impetuosa fuerza, los desperdicios de los almacenes, de los hospitales, de los salones de diversión, de las plantas eléctricas, desperdicios de mujeres solas y hombre que amarraban la mula en un horcón del hotel trayendo como único equipaje un baúl de madera o un atadillo de ropa...”.

John Donne, el gran poeta inglés, en su texto titulado “Biathanatos” sugiere que Dios, al crear el universo, estaba prefigurando los materiales que servirían de patíbulo para su hijo. Así, al crear los árboles, estaba haciendo la madera necesaria para construir la cruz y al crear el metal estaba produciendo el material que serviría para hacer los clavos con los cuales sería crucificado. Tal vez aquella montaña donde el hospital Mario Correa Rengifo un día trató, y acaso logró, salvaguardar a los ciudadanos de los efectos de la tuberculosis, estaba prefigurada para la creación de un barrio. Tal vez la enfermedad no era lo único que quería habitar por aquellas colinas. Tal vez algo, que no puedo llamar azar, planeo que un terreno alejado se convirtiera en el hogar de más de siete mil personas. Tal vez. No sé.
Fuente Diario La Palabra UNIVALLE Edición 237 Por: J.S. Fernández- Estudiante Lic. en Literatura

HISTORIA BARRIO EL VALLADO


HISTORIA BARRIO EL VALLADO


Mil novecientos ochenta y tres:
recuerdos del barrio El Vallado

Se fundó en 1983 como resultado de una amplia migración de habitantes pertenecientes a la Costa Pacífica. Un proceso organizado y eficaz dio origen a una estructura ordenada y segura. Crece a la par de otros barrios también pertenecientes al Distrito de Aguablanca. Algunas anécdotas compartidas ilustran con fluidez las memorias del proceso.

Por: Jimena M.
Estudiante Lic. en Literatura

Se hace el silencio. Tumaco se confunde con la planicie de un río. El estado más elemental circunda el terreno antes desparejo; la normal singularidad entre personas y objetos es ahora una condición ajena. Llueve mar, canoas naufragan, familias se distancian para nunca volver, individuos se reconstruyen de carne y madera, cosas simples, un pantano, el tronco de un árbol, una casa distanciada de la costa, adquieren el valor de la vida. Después del 12 de diciembre de 1979, en busca de vivienda, una romería de personas llega a Cali. 

Día primero del mes once, 1985. Hace 28 años. Yo estaba aquí pendiente porque ya sabía cuál era mi lote. Los primeros que vi llegar esa tarde fue a Doña Melba Bahía y su esposo, ambos acompañados de algunos directivos que después de un corto tiempo harían entrega de los lotes. Fueron de los primeros que vimos llegar acá. Esto era una plazoleta, entonces todo el mundo estaba parado en su lote. 

José Eduvino Orozco, nació en Medellín. Vivió durante diez años en Bogotá donde trabajó como Calígrafo, hacía libros para el SENA. Hace treinta y cuatro años vive en Cali.
Mi Papá ni mi Mamá sabían que yo me llamaba así. Me lo puso el padre Ramitos en la fe de bautismo, cuando me di cuenta que había sido él ya el hombre estaba muerto.

Pretender reconstruir el pasado de un barrio, la estructura de sus calles y casas, el recuerdo de algunas personas, situaciones irrepetibles, es un cometido amplio e inabarcable. Basta una cuadra para sentir que la memoria es más extensa que la Historia. Camino y nada me pertenece. Una calle casi vacía, las acciones de venta y entrega le hacen parecer aún más desolada, tres hombres reunidos alrededor de un poste miran siempre al frente, sonríen, conversan acerca de cosas que repelo. La señora de siempre con medio cuerpo asomado a un balcón gris, el cruce en el único camino con jóvenes poseedores de algún misterio temible.

Esto era pura cosecha de millo. Cuando nosotros llegamos ni siquiera sabíamos dónde era. Recuerdo que vino el Obispo a celebrar la misa, allí donde ahora está la pista de patinaje, en frente de la estación de policía. Todo esto era de los Córdoba. Algunas veces en la tarde me iba a contar el ganado, 300 o 400 cabezas 

–dice José Eduvino–. El Duván para los conocidos y el José Eduvino para los papeles.

Ofelia responde, sonríe: Yo me casé con Duván, no con José Eduvino. 

El Vallado se fundó en 1983 a partir de un acuerdo institucional entre el Banco Central Hipotecario, INVICALI, La Universidad del Valle, EMCALI, SENA, Fundación Carvajal, y la Corporación para la Recreación Popular. El terreno lo negoció INVICALI con los dueños; los Córdoba que poseían testamentos y un japonés poco recordado que labró, crió el ganado, vendió frutos y leche, y quizá tuvo algunos hijos y logró conformar una familia. Después, se rellenó con roca muerta 80cm de profundidad, una gran extensión de tierra húmeda destinada a cosechas de millo; se hicieron cimientos flotantes, se dividió el terreno y estuvo todo completo.

MiBarrio pag 13 3Uno iba a reuniones en frente del CAM. Me enteré porque me dijeron que iban a dar unos lotes, comencé a horrar plata y cuando averigüé, me dijeron que pedían un valor de setenta pesos, pagué y me lo entregaron. El terreno estaba bien bueno, la tierra bien plana, ya medido, listo para construir, dice Josefina Quintero, a quien recuerda con precisión José Eduvino. Yo fui el primero en llegar a esa cuadra junto a Doña Josefina. Cuando yo fui a hacer esta planta, Doña Josefina tenía la casa en obra negra, allá nos metíamos para darle la copia del plano a la gente que quería hacer la primera plancha. Eso aquí eran unos barriales impresionantes, teníamos que usar botas. Ya después de unos diez años hicimos una junta para decidir quién sería el Tesorero, pensábamos pavimentar los andenes porque las calles ya las había construido el alcalde de ese tiempo, Germán Villegas. Al final me escogieron a mí, pero yo me dije: “Yo solo no le jalo a esa cuestión, pues por seguridad” entonces trabajé junto a Don Octavio, íbamos de casa en casa. Hubo gente que no dio un peso, entonces tampoco les pavimentamos. A mí me toco así.

(Suena el teléfono, Ofelia contesta. Irma baja a paso rápido)

Aló, entonces mijo.

Tantas casas y tan pocos rostros novedosos. Podría hallarse riqueza en tanto acto repetido con un máximo de interés, y hallar sin esfuerzo, lo exótico que dicen tienen todos los barrios considerados populares. Una anciana asoma medio rostro sin distinguirse más que lo blanco del cabello y la caucásica piel; la gracia parece darle solvencia al acto más cotidiano.

El BCH brindaba los préstamos a través de un mecanismo de sorteo. De ochocientos mil hasta tres millones de pesos. Todos los lotes de aquí fueron construidos en L, 60 de frente y 30 de fondo o viceversa, dice Alfonso Martínez ex presidente de la JAC de la comuna 15. Recuerda José: El BCH me prestó para construir la primera planta. Yo no me gasté un peso de esa plata que me habían prestado, aquí no se podía malgastar un peso porque todo eso era de la construcción.

El BCH estaba allí donde ahora se encuentra ubicada la Fundación Carvajal. Entonces uno iba allá a pedir los materiales que iba necesitando y allí le iban llevando a usted una cuenta de lo que iba pidiendo para la construcción del casa. Dieron seis meses para la construcción de la primera planta en obra negra, con derecho a luz, agua, y todas esas cosas. Yo empecé apagar aquí el primer servicio a los seis meses, con un costo de $850 –Ríe corto y reanuda–. ¡Seis meses con toda el agua que gasté en la construcción de la casa!…una supervisora venía cada seis días a ver los avances del maestro de construcción y les pagaban de acuerdo a lo construido.

Sí, esto era la construcción grande, esto era tremendo, pero había celadores que nosotros mismos nos pagábamos. Lo que me pasó a mí le pasó a Chila, una de las vecinas fundadora del barrio: salió un tipo por allá a las mangas, con un montón de varillas de hierro, en esas el esposo de ella, que era policía, ve al tipo y lo coge con todas esas varillas. Lo hizo recorrer todo el barrio hasta la 39, diciéndole a todo el mundo: “vea, conózcanlo, éste es el que se está robando la mercancía”, le hizo dar la vuelta a ese tipo con todas esas varillas y después se las hizo traer aquí.

El cuadro bordado de un cristo, dos platos con papaya, las últimas anécdotas.
Está simple la papaya, ¿No? Antes a uno le enseñaban a endulzar la Papaya con azúcar. Antes de los 18 años era pantalón corto, después de los 18 años nos lo alargaban. La policía a las 7pm ya estaba entrando a la gente. Salen niños aquí a jugar, pasa cualquiera, le echa mano a una niña y se perdió, y vaya busque a un policía, está a 5 horas de distancia de uno.
MiBarrio pag 13 4

Josefina Quintero sacude la mano en ademán, y dice: la única ruta que nos servía era la Bretaña, habían colas inmensas, uno tenía que madrugar mucho. Al tiempo colocaron la Coomoepal, son las dos únicas rutas que han estado aquí. Irma, ausente de toda conversación, cuelga el teléfono, escucha la pregunta no dirigida, y añade: la calle principal llegaba hasta lo que es ahora, la estación de policía. Allí se bajaba uno del bus, y para llegar hasta la casa uno tenía que pegarse la caminada. A uno el Bretaña lo traía hasta el puente del Vallado, donde estaban construyendo las primeras casitas. No había más. Nada de vías, eso era un peladero. Había buen bus de la Unión para arriba. Esto por aquí eran puras mangas.

Ahora, veinticinco familias entre ellas indistinguibles, calles que interesan poco, lugares comunes hechos modelo de vida, encuentros y protocolos puntuales que se ejercen con entusiasmo. Todos olvidan por un momento lo terrible, inadecuado, impropio, y andan en la calle sin vergüenza, con la viveza de quien crece y se acostumbra. Se cierra la mesa, Eduvino dice:

Este era un vividero muy agradable. Ofelia y yo andamos dos horas o más todas las tardes; ahora esto está hecho de rincones, una montonera de casas. Ofelia prosigue, recuerda: una vez nos dejaron sin argolla, José le dijo al tipo: “Y usted me va a quitar la joya que hace 57 años tengo puesta?”.

HISTORIA BARRIO PETECUY


HISTORIA BARRIO PETECUY

Petecuy
Más allá de un estigma

A pesar de sus ideas de progreso y los procesos realizados durante las épocas de los ochentas en la ciudad de Cali, muchos proyectos quedaron inconclusos, Petecuy, uno de ellos, ha mostrado a la sociedad que de los esfuerzos y la buena fe se pueden hacer grandes cosas con la comunidad.

Por: Víctor Manuel Corrales
Estudiante de Lic. En Literatura

Hay muchas historias creadas desde las situaciones vulnerables de la vida, incluso hay algunas que a pesar de todos los percances sobre salen, así encuentren en tela de juicio sus procesos o las estadísticas obliguen a pensar que son casos perdidos; ésta es la situación de uno de los barrios de Cali, quiza el más conocido debido a la desgracia que genera el estigma. Petecuy, el barrio estrella, espectante ahora por la violencia, no deja de ser un barrio lleno de gente con un ánimo inquebrantable quienes siempre han buscado una manera de salir adelante.

Un poco de historia

Antes de 1984 Petecuy era unas hectáreas con sembradíos de millo, entre fango, atravesadas por un caño que llevaba parte de la miseria de Cali hacia el río Cauca. Un lugar, podría llamarse de nadie donde INFICALI bajo la administración de Renan Trujillo, con la idea de expansión y progreso, entregó lotes a las familias del Municipio, en busca de reducir las gigantes haciendas pertenecientes a un pequeño sector de la sociedad, de ahí el nombre del barrio, haciendo honor a ese mítico cacique, el cual tuvo un final digno de una tragedia griega, por su imagen de respeto y terror ante los mismos conquistadores, inspiración de luchas llevadas hasta las últimas consecuencias, sin nunca perder la esperanza.

Desde los primeros años de poblamiento en el barrio se dio ejemplo de ello, las zonas aún no construidas fueron un centro de ocupación de algunos desplazados del Sur y el Pacifico Colombiano, quienes vieron una nueva posibilidad de arranque y establecimiento en la ciudad la invasión. Sus primeros ladrillos, puestos con promesas de futuro, eran derrumbados por las autoridades a causa de algunas personas dueñas de los predios que por azares de la vida nunca ejecutaron obra alguna.

El transcurso de los desalojos siempre llegaba con un baile de ir y venir, donde cada casa destruida era una necesidad de hacer una más y así tener un boicot fuerte, con el cual la ley dejó de insistir después de la fijación cada vez mayor de estos desplazamientos y en donde poco a poco fueron apareciendo las ideas de subversión con la llegada del M-19, a quienes es difícil no darles importancia en esta historia.

Tal vez haya personas con buenas anécdotas de este grupo guerrillero. Una imagen de combatientes urbanos en pos de un bien comunitario. En el barrio se dio así y aunque es complejo preguntar a los primeros ocupantes acerca de ello, así sea de forma anónima, tienen buenas historias de su establecimiento; una de ellas por ejemplo es cuando ante lo complejo de las situaciones por las cuales pasaban los pobladores les apoyaban en su batalla por una vivienda digna, con colaboraciones que llegaban en forma de viveres, un pollo o litros de leche, incluso ante la seguridad de defender de la ley a los ocupantes, cuidando que esas casas construidas con esperanza no fueran a ser víctimas del desalojo, ganándose el favor de la comunidad, causando así una despedida heroica después de la desmovilización.

Acabado el despeje por parte del M-19 las cosas cambiaron un poco y el eco de la violencia se acrecentó como gritos por falta de educación. Nuevas familias fueron llegando para hacer parte del sector de Venecia conocido como “Cinta Larga” o el “Jarillón”. Algunos jóvenes ociosos se entregaban a los actos vandálicos y aquella zona, la cual terciaba un terreno grande dejado por la ocupación del grupo guerrillero, pasó a ser la frontera invisible entre la Etapa I y II. Esta nueva necesidad vislumbró la posibilidad de un nuevo barrio el cual permitiera acabar con todo estos problemas; así el alcalde Henry Elder Caicedo puso a disposición para 1987 una nueva etapa que intermediaría ambas, Petecuy III.


Esta nueva iniciativa puso al barrio en el mapa de los nuevos procesos de cambio en las zonas vulnerables hechos durante esas épocas, la Etapa III vino con la creación de la escuela San Jorge, enfocándose en orientar las nuevas juventudes ante las situaciones de violencia; con programas de trabajo social, intervenciones psicológicas, campañas de alimentación y salud hechas durante un tiempo para educar los más pequeños, con cobertura de primero a quinto de primaria. El puesto de salud, hecho para dar una respuesta o ayuda inmediata a las dolencias menores que se presentasen, venían con campañas de capacitaciòn y de salud puerta a puerta para los habitantes del sector. Junto con la creación de un parque con cancha de futbol la Etapa III y el polideportivo en la I, con la intensión de no olvidar ese mutualismo comunitario en los primeros pasos.

Durante los noventas pusieron en marcha el proyecto PTAR al lado del nuevo centro deportivo, que buscaría en consorcio con los habitantes del sector la pavimentación de la vías, proyecto el cual, por consecuencias de la corrupción entregó un porcentaje; sin embargo permitió así acabar un poco con la sensación de abandono de las calles, donde habitualmente los trabajadores y estudiantes en temporadas de lluvias debían forrar con bolsas en sus zapatos o tener a la mano un par de cambio a la salida del sector.

Durante este tiempo también crearon nuevos escenarios deportivos como el parque y la cancha de Petecuy I y la Arquidiócesis con la fundación Santa Isabel de Hungria creó el Centro Docente Parroquial San Marcos, que funciona en Petecuy II. Desde aquí, además de pequeños programas con la comunidad y la creación de la iglesia en la Etapa II no hubo muchos aspectos a considerar; tal vez un poco negativos, la violencia se acrecentó por las mafias, la prestación del puesto de salud decreció considerablemente con la llegada del nuevo Régimen de salud, el polideportivo dejó de funcionar debidamente y los espacios de esparcimiento quedaron en condiciones de abandono o usados maliciosamente por algunos vándalos.

Petecuy hoy

Después de más de treinta años los cambios en el sector se han dado consideradeblemente, de los cultivos de millo no queda nada, una casa al lado de otra se expanden desde la PTAR hasta Calimío con mucha gente conocida de toda la vida y otras nuevas familias se asocian en su mayoría y son bien acogidas por los habitantes, hay una violencia que azota el sector, la cual a pesar de no haber mucho incentivo por parte del gobierno, las buenas intenciones han dado un gran pie de apoyo para los jóvenes, mostrandoles que hay diferentes opciones a las ofrecidas por la violencia del barrio.

QPB 3Dos fundaciones están apostándole a la cultura. Vienen haciendo una gran labor dentro de Petecuy. Hakuna Matata es una empresa de recreación colectiva, la cual busca interesar a los jóvenes en el emprendimiento de las artes, la cultura circense y recreadora, con el fin de sacarlos un poco de esa realidad nublada a las cuales se ven enfrentados, con sonrisas y mucha confraternidad. Nacida desde los ojos de Robinson Carabalí, uno de los mejores zanqueros de la ciudad, quien falleció, sus amigos buscaron no dejar morir su sueño, llevar otra cara del barrio ante la ciudad por medio de la recreación. Sin embargo, no es sólo esto lo que alimenta las ganas de seguir, su amor por los animales los llevó a incentivar campañas de concientización en el barrio, para el buen trato de las mascotas y los animales de trabajo, vital y comunes dentro del sector como sustento de vida.

Por otro lado, y no tan lejano en sus objetivos, está el Biblioghetto, una idea incentivada por un emprendedor llamado Gustavo Andrés Gutiérrez, quien recuperando una zona vulnerada por la delincuencia en Petecuy I instaló algunas estanterías llenas de libros, con todo un poco, quien de esta manera busca un escape de los niños a su alrededor vulnerado, llenándolos con mundos de fantasías y magia de la lectura, demostrándole al sector que la incentivación por la cultura es un buen pasante para estos chicos, los cuales con dicha llegan para poder aprender y conocer el mundo, más allá de donde la realidad les puede llevar. Ahora han tenido mucho apoyo de la comunidad, la terminación de la escombrera al lado de la PTAR, ha permitido que haya una recuperación del Polideportivo, el cual Gustavo aprovechó para unir recreación de los niños con el interés por la lectura.

Al día de hoy, más de mil infantes se han beneficiado de la lectura abierta en el barrio y se llenan de emoción con la determinación de éstos por seguir llegando a escuchar las historias que los llena de jubilo y fantasía, alejándolos cada día más de una situación que a veces vemos se sale de control simplemente porque el estado no se da a la labor de hondar e investigar en ellas, en donde la manera en que muestran fundaciones como Hakuna Matata y Biblioghetto es el mejor camino para alejar los conflictos de la naturaleza humana, educación y cultura.

La violencia en el barrio Petecuy no es algo posible de pasar por alto, la respuesta errada del Gobierno ha dejado en el olvido la vulnerabilidad que esos episodios de respuesta y guerra imprimen en las miles de personas, quienes en su mayoría trabajan cada día y sólo buscan una manera de subsistir; quizá, en vez dar una repuesta a la violencia aplicándole más violencia, deberían de incentivar iniciativas culturales como estas, las cuales con esmero han dado positivos resultados a la comunidad, al lado de las balas que con lágrimas y dolor se convierten en una inexcusable justicia.